lunes, 28 de diciembre de 2009

Se mimetizan

Por Juan Carlos Ortega

“Feliz Navidad”... este no fue el mensaje que el 24 de Diciembre la ALDF y GDF lanzaron a los capitalinos. Haciendo uso de la más viejas artimañas políticas, el legislativo local aprobó, sin mayor discusión, un incremento generalizado al cobro de impuestos, derechos y servicios. A partir del 1º de Enero, la tenencia aumentará su valor en 5.5%, mientras que los impuestos al hospedaje y sobre nomina, lo harán en 50 y 25 puntos porcentuales respectivamente. En tanto, los parquímetros aumentarán su tarifa en 100%, la licencia para conducir costará 20% más y el registro para la sociedad de convivencia lo hará en 19%. Entre otros aumentos autorizados, se encuentra el matrimonio, el acta de defunción y el pago de los vendedores ambulantes. - ¿Ajuste inflacionario? -

En esta avalancha de incrementos destaca el aumento a la tarifa del agua. Anunciada como una medida de contención en contra del despilfarro, el nuevo esquema de cobros sólo exhibe la necesidad del gobierno local por elevar sus recursos. De acuerdo a lo previsto, el precio marginal del agua dependerá del nivel de desarrollo de la colonia; por tanto, cuanto mejor clasificada sea la región, mayor será la tarifa. Lo que en principio es un esquema progresivo de fiscalización – con referencia a las tarifas, no así con el principio de desarrollo sustentable -, en los hechos no corrige el problema del derroche del agua: pagará más quién más tenga y no el que más desperdicie. Todo ello nos hace pensar que la justificación del gobierno local sólo busca desestimar el impacto en las finanzas de los hogares, evitando el costo político y obteniendo un beneficio en el fortalecimiento de las finanzas públicas.

La reforma a la ley de ingresos para 2010 difícilmente podrá justificarse, para los que dicen que el origen a los incrementos yace en el recorte de las transferencias gubernamentales contempladas en el presupuesto de egresos de la federación, habrá que contestar que las finanzas capitalinas dependen tan sólo en 40% de los recursos gubernamentales; no así otros estados cuya dependencia es superior al 90%.

Tanto el gobierno federal, como la jefatura de gobierno del DF, en materia financiera, han mandado el mismo mensaje: en tiempos de crisis, es preferible mantener el nivel de gasto del sector público antes de preocuparse por el bienestar económico de la población. Todo ello, a pesar de que los incrementos autorizados constituyen barreras que aletargan la recuperación de la crisis económica.

martes, 22 de diciembre de 2009

Clima de Demagogia

Por Juan Carlos Ortega

Hace doce años, el mundo firmó el primer documento internacional que hacia frente al cambio climático. Se decía entonces que el acelerado proceso productivo y la insustentabilidad de las técnicas de producción habían sido los responsables del genocidio ecológico que ponía en riesgo la continuidad del statu quo del planeta. Entre las grandes catástrofes que se han vaticinado está la desaparición de miles de kilómetros de áreas costeras, el aumento de la pobreza como consecuencia de la perdida de productividad de las tierras fértiles y la extinción de especies animales. A pesar de ello, las problemáticas planteadas por el protocolo de Kyoto distan mucho de quedar resueltas.

La cumbre de Copenhague pretendía culminar con un acuerdo que hiciera perfectibles los instrumentos para el cumplimiento de las metas trazadas en materia de adaptación, mitigación, transferencia tecnológica y financiamiento. Mismos objetivos que se han promulgado desde la década anterior y que han sido victima de la demagogia política y la falta de voluntad de los países desarrollados y más contaminantes, entre ellos China y Estados Unidos. Copenhague no ha podido escapar al fantasma de la simulación, la comunidad Africana ha denunciado la negativa del G8, por reducir significativamente su emisión de gases de efecto invernadero.

El fracaso de los acuerdos internacionales tiene lugar en la ausencia de incentivos económicos, la falta de mecanismos coercitivos y la ponderación de los intereses privados. Mientras que estas inconsistencias no sean resueltas, el mundo difícilmente avanzará, en conjunto, hacia escenarios de convivencia sustentable.

La solución a los problemas ambientales no están en el encarecimiento de las viejas tecnologías contaminantes, sino en el abaratamiento y sofisticación de las técnicas alternativas. El combate del calentamiento climático sin duda es caro, pero la devastación causada por no hacerlo es infinitamente mayor.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Las Filípicas

El paquete de reformas al sistema político y al equilibrio entre los poderes del Estado anunciado por Felipe Calderón es su reconocimiento tácito del agotamiento de la representación política y la confesión de su temor al fatalismo histórico que representa el 2010. Con esta acción busca suministrar oxígeno a un sistema moribundo que cada vez genera mayor rechazo por parte de la ciudadanía. Son respuestas estéticas ante problemas complejos y enraizados; una más de las tantas simulaciones para distensar la crispación social. Hay que tener en cuenta que toda modificación a una ley, en especial en materia electoral, es, por definición, parcial y subjetiva, ya que favorece a unos y perjudica a otros, alienta ciertas conductas y desincentiva otras. Veamos:

Calderón plantea la reelección legislativa consecutiva hasta por 12 años, como si ésta fuera la solución definitiva para acabar con el abismo que separa a la clase política de la sociedad. Esto es demagogia. Bajo supuestos de gobernabilidad y ahorro, propone reducir el número de curules, medida que en realidad provocaría una sobrerepresentación de las mayorías y una subrepresentación de las minorías. Otra demagogia. Impulsa incrementar de 2 a 4 el porcentaje de votos requeridos para que los partidos mantengan su registro y gocen de prerrogativas. Esto va con dedicatoria a AMLO, pues PT y Convergencia desaparecerían. Más demagogia. Quiere que en la elección del presidente se requiera mayoría absoluta para tener un ganador, lo cual conduciría a una segunda vuelta en la que PAN y PRI, como suelen hacerlo, se aliarían para conservarse en el poder. Esta medida anularía la llegada de un gobierno de izquierda. Demagogia pura.

Extraña que bajo este “espíritu democratizador”, a Calderón se le haya olvidado proponer la revocación del mandato, una medida que en verdad sometería a los gobernantes a una rendición de cuentas. Pero él vela por sus intereses: si ésta tuviera vigencia, hoy le estaríamos cantando “Las Golondrinas”.

sábado, 12 de diciembre de 2009

NADA CAMBIA

Por Juan Carlos Ortega

En economía, la política monetaria y la política fiscal, son los instrumentos de mayor importancia con los que cuenta el Estado para hacer frente a sus responsabilidades en la materia. En México, estas funciones recaen sobre Banxico y la Secretaría de Hacienda, respectivamente. Contrario a la tendencia internacional - y al sentido común -, los objetivos de ambas entidades no persiguen el crecimiento económico ni el desarrollo social, sino la estabilidad de los macroindicadores. La estabilidad es un “medio” y el progreso un “fin”, confundir tan elementales conceptos es una actividad habitual desde el arribo de la ortodoxia purista, hace ya 25 años. Aunado a lo anterior está la obstinación de los funcionarios por negar las realidades ajenas a su marginal visión, aun al extremo de descalificar, grotescamente, la opinión de tres ortodoxos poco menos intratables: Joseph Stiglitz, Robert Engle y Paul Krugman, ganadores del Nobel de economía en 2001, 2003 y 2008. Los protagonistas de esta embestida, cuyo empeño por apegarse al discurso oficialista ha rayado en el absurdo y con ideales aun más dogmáticos que el de los precursores mismos, se han convertido ahora en los “confidentes” de Felipe Calderón.

Es en este escenario donde se ha anunciado la incorporación del Ernesto Cordero a la Secretaria de Hacienda y la llegada de Agustín Carstens al Banco de México; no obstante, sus historias más recientes no exhiben más meritos que la simpatía de Calderón para ser designados en sus nuevos cargos. El paso de Cordero por SEDESOL se caracterizó por la ausencia de estrategias de desarrollo, limitándose a la instrumentación de políticas sedativas, insuficientes para contener el avance de la pobreza. Por su parte, Carstens puso en marcha la peor política anticrisis – a decir de los especialistas – y propuso una reforma fiscal recaudatoria sin expectativas de desarrollo, condenada por la sociedad, el empresariado y la clase política.

El posicionamiento de estos personajes no genera mayores expectativas, se trata de dos políticos neoconservadores que seguirán velando, incondicionalmente, por el reforzamiento de la agenda gubernamental. Una vez más, se cambia todo para no cambiar nada.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Lumpen

Por Alejandro Encinas Nájera

El conflicto en Iztapalapa ha desatado la ambición de la derecha y sus aliados resentidos, que con morboso placer alientan un clima de ingobernabilidad e irritación social. Ante estos acontecimientos, es fundamental aclarar lo siguiente:

1. Que la actual tragicomedia protagonizada por Juanito en nada desvirtúa la insurgencia electoral de los iztapalapenses. Atendamos a esto que la mayoría de los medios está empecinado en ocultar a través de dirigir todos los reflectores hacia un hombre que pudo haber sido recordado como un compañero solidario que supo leer su lugar en la coyuntura, pero que, cegado por su ambición, prefirió asumir el papel de bufón de la derecha. Para la corriente marxista, el lumpen se caracteriza por carecer de conciencia política y ser susceptible de servir de punto de apoyo a la burguesía. En los diccionarios, a lado de su definición, debería estar la foto de Juanito.

2. El 5 de julio de 2009, en esta delegación se sentó un hito en la historia de las elecciones en México. Al asestarle una lección fulminante a un Tribunal Electoral corrompido y escaso de legitimidad, quedó demostrado que cuando la ciudadanía se informa, organiza y participa, no hay margen para que una autoridad imponga una resolución sesgada e injusta.

3. En esta espiral han desfilado traiciones, locuras desenfrenadas e inconsistencias ideológicas. El PAN, que está detrás de todo esto, quiere dañar a sus oponentes sin importar que su irresponsabilidad propague lumbre sobre hierba seca. Es reprobable que la decisión de los iztapalapenses sea irrelevante para aquéllos que sólo piensan en llevar agua para su molino. Ahora que Juanito ya renunció como delegado, la Asamblea, con incidencia del jefe de Gobierno, designará a su sustituto. La única elección aceptable, es la restauración de Clara Brugada, porque así lo ordenan las urnas.
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martes, 8 de diciembre de 2009

¿Alianzas con la derecha?

Por Alejandro Encinas Nájera

El XII Congreso Nacional del PRD suplantó su ambiciosa empresa refundadora con debates que a lo mucho alcanzarían el rango de reformistas. Las alianzas con otros partidos fue uno de los temas más controvertidos. Al no impedirlas de manera explícita, la puerta ha quedado abierta para pactar con el PRI y con el PAN.

Vale preguntarse, ¿es correcto que las izquierdas se alíen con las derechas? Si es así, ¿bajo qué coyunturas? Abundan en la historia numerosas experiencias. En “La Crispación en España” el líder comunista Santiago Carrillo relata que para transitar a la democracia y dejar atrás la dictadura, la izquierda tuvo que aliarse con los sectores reformistas del franquismo. En Chile, el socialismo y la derecha democrática confluyeron a la Concertación para evitar la restauración del pinochetismo. En los sistemas parlamentarios europeos es condición previa alcanzar mayoría absoluta de escaños para ser gobierno. Es por tanto recurrente que partidos disímiles se coaliguen.

A la luz del panorama internacional suena tentador aplicar criterios semejantes en México. Más aún en el caso de Oaxaca, pues sus estructuras autoritarias no se han inmutado ante la supuesta democratización del país, y un gobierno represor como el de Ulises Ruiz pretende perpetuar su tradición. Hasta aquí los pros. Ahora los contras: una alianza con el PAN desdibujaría aún más la línea política del PRD. Sería una incongruencia ir juntos a una elección cuando han polarizado la política al grado de presentarse como proyectos contrapuestos. Ahora resulta que al partido que el PRD responsabiliza de usurpar la Presidencia y desde ahí derrumbar al Estado, se vuelve su aliado. ¿Amnesia pragmática? Además, la alternancia no implica democratización automática. Y por último el factor decisivo: el país vive tiempos de definición política que no admiten oportunismos o ambigüedades, por lo que la izquierda tiene que diferenciarse claramente de sus adversarios.
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¿De donde venimos?

Por Juan Carlos Ortega

El estallido de la peor crisis de los últimos 70 años, el crónico deterioro de la calidad de vida o la irrupción de la pobreza a la mitad de los hogares mexicanos, son hechos que nos exigen reflexionar sobre el origen del acontecer nacional... ¿de donde venimos?... ¿será cierto que México ha sido victima del infortunio y el destino ha decretado que sea este país el más desafortunado ante la coyuntura internacional?; o bien, tal vez la reacción del gobierno federal no ha estado a la altura de los requerimientos como aseguró el hereje Joseph Stiglitz. Aun más, tal vez el colapso del modelo económico y los crecientes síntomas de descomposición social, sean un aviso de que la estrategia de desarrollo, emprendida hace un cuarto de siglo, ya esta agotada, y su condición exige una transformación desde las bases sobre la que fue construida aun antes de manifestar su esplendor.

¿Existen estas bases?... Desde la incorporación de los instrumentos neoliberales y antes del inicio de la apertura comercial, el empobrecimiento de las instituciones, la ruptura de las alianzas sociales y el aletargamiento de las fuerzas productivas, eran factores que habían condicionado la viabilidad del proyecto de nación. Aun sin ser resueltos, la adhesión al GATT y la firma del TLCAN, constituyeron la presentación en sociedad del “nuevo México”, se trataba del producto de la reformas de la década de los años ochenta alineadas a los preceptos globalizadores cuyas consignas eran desregular, desestatizar y desproteger el mercado interno; al margen habían quedado tareas de suma importancia como la creación de un plan de industrialización, la articulación de las cadenas productivas, el fomento de la competitividad domestica o la modernización del entramado institucional.

Las grandes ausencias del pasado siguen siendo motivo de carestías; no obstante, antes de iniciar las grandes transformaciones que el país necesita, la clase gobernante se ha empecinado en profundizar los mecanismos del paradigma prevaleciente. México esta urgido de un cambio, se trata de verdaderas reformas estructurales que revolucionen el sistema a efecto de transitar a mejores condiciones de vida; por tanto, son transformaciones de largo plazo, consecuentes con las demandas sociales y afines a la coyuntura de la nación.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Entre Izquierdas y Derechas


LA IMAGINACION Y EL PROGRESO1

Escribe Luis Araquistain que "el espíritu con­servador, en su forma más desinteresada, cuan­do no nace de un bajo egoísmo, sino del temor a lo desconocido e incierto, es en el fondo falta de imaginación". Ser revolucionario o renovador es, desde este punto de vista, una consecuencia de ser más o menos imaginativo. El conservador rechaza toda idea de cambio por una especie de incapacidad mental para concebirla y para acep­tarla. Este caso es, naturalmente, el del conser­vador puro, porque la actitud del conservador práctico, que acomoda su ideario a su utilidad y a su comodidad, tiene, sin duda, una génesis di­ferente.
El tradicionalismo, el conservatismo, quedan así definidos como una simple limitación espiri­tual. El tradicionalista no tiene aptitud sino pa­ra imaginar la vida como fue. El conservador no tiene aptitud sino para imaginarla como es. El progreso de la humanidad, por consiguiente, se cumple malgrado al tradicionalismo y a pesar del conservadorismo.
Hace varios años que Oscar Wilde, en su ori­ginal ensayo El alma humana bajo el socialismo, dijo que "progresar es realizar utopías". Pensan­do análogamente a Wilde, Luis Araquistain agre­ga que "sin imaginación no hay progreso de nin­guna especie". Y en verdad, el progreso no se­ría posible si la imaginación humana sufriera de repente un colapso.
La historia les da siempre razón a los hom­bres imaginativos. En la América del Sur, por ejemplo, acabamos de conmemorar la figura y la obra de los animadores y conductores de la revolución de la independencia. Estos hombres nos parecen, fundadamente, geniales. ¿Pero cuál es la primera condición de la genialidad? Es, sin duda, una poderosa facultad de imaginación. Los libertadores fueron grandes porque fueron, ante todo, imaginativos. Insurgieron contra la realidad limitada, contra la realidad imperfecta de su tiempo.
Trabajaron por crear una realidad nueva. Bolívar tuve sueños futuristas. Pensó en una confederación de estados indo-españoles. Sin este ideal, es probable que Bolívar no hubiese venido a combatir por nuestra independencia. La suerte de la independencia del Perú ha dependido, por ende, en gran parte, de la aptitud imaginativa del Libertador. Al celebrar el centenario de una victoria de Ayacucho se celebra, realmente, el centenario de una victoria de la imaginación. La realidad sensible, la realidad evidente, en los tiempos de la revolución de la independencia; no era, por cierto, republicana ni nacionalista. La benemerencia de los libertadores consiste en haber visto una realidad potencial, una realidad superior, una realidad imaginaria.
Esta es la historia de todos los grandes acontecimientos humanos. El progreso ha sido realizado siempre por los imaginativos. La posteridad ha aceptado, invariablemente, su obra. El conservatismo de una época posterior, no tiene nunca más defensores o prosélitos que unos cuantos románticos y unos cuantos extravagantes. La humanidad, con raras excepciones, estima y estudia a los hombres de la revolución francesa mucho más que a los de la monarquía y la feudalidad entonces abatida. Luis XVI y María Antonieta le parecen a mucha gente, sobre todo, desgraciados. A nadie le parecen grandes.
De otro lado, la imaginación, generalmente, es menos libre y menos arbitraria de lo que se supone. La pobre ha sido muy difamada y muy deformada. Algunos la creen más o menos loca; otros la juzgan ilimitada y hasta infinita. En realidad, la imaginación es asaz modesta. Como todas las cosas humanas, la imaginación tiene también sus confines. En todos los hombres, en los más geniales, como en los más idiotas, se encuentra condicionada por circunstancias de tiempo y de espacio. El espíritu humano reacciona contra la realidad contingente. Pero precisamente cuando reacciona contra la realidad es cuando tal vez depende más de ella. Pugna por modificar lo que ve y lo que siente; no lo que ignora. Luego, sólo son válidas aquellas utopías que se podrían llamar realistas. Aquellas utopías que nacen de la entraña misma de la realidad. Jorge Simmel escribía una vez que una sociedad colectivista se mueve hacia ideales individualistas y que, inversamente, una sociedad individualista se mueve hacia ideales socialistas. La filosofía hegeliana explica la fuerza creadora del ideal como una consecuencia, al mismo tiempo, de la resistencia y del estímulo que éste encuentra en la realidad. Podría decirse que el hombre no prevé ni imagina sino lo que ya está germinando, madurando, en la entraña obscura de la historia.
Los idealistas necesitan apoyarse sobre el interés concreto de una extensa y consciente capa social. El ideal no prospera sino cuando representa un vasto interés. Cuando adquiere, en suma, caracteres de utilidad y de comodidad. Cuando una clase social se convierte en instrumento de su realización.
En nuestra época, en nuestra civilización, no ha habido nunca utopías demasiado audaces. El hombre moderno ha conseguido casi predecir el progreso. Hasta la fantasía de los novelistas ha resultado, muchas veces, superada por la realidad en un plazo breve. La ciencia occidental ha ido más de prisa de lo que soñó Julio Verne. Otro tanto ha acontecido en la política. Anatole France vaticinó la revolución rusa para fines de este siglo, pocos años antes de que esta revolución inaugurase un capítulo nuevo en la historia del mundo.
Y justamente en la novela de Anatole France, que, intentando predecir el porvenir, formula estos agüeros, —Sur la pierre blanche— se constata cómo la cultura y la sabiduría no confieren ningún poder privilegiado a la imaginación. Galión, el personaje de un episodio de la decadencia romana evocado por Anatole France, era un ejemplar máximo de hombre culto y sabio de su época. Sin embargo, este hombre no percibía absolutamente la decadencia de su civilización. El cristianismo se le antojaba una secta absurda y estúpida. La civilización romana a su juicio no podía tramontar, no podía perecer. Galión concebía el futuro como una mera prolongación del presente. Nos parece por esto, en sus discursos, lamentable y ridículamente falto de inspiración.. Era hombre muy inteligente, muy erudito, muy refinado; pero tenía la inmensa desgracia de no ser un hombre imaginativo. De ahí que su actitud ante la vida fuese mediocre y conservadora.
Esta tesis sobre la imaginación, el conservatismo y el progreso, podría conducirnos a conclusiones muy interesantes y originales. A conclusiones que nos moverían, por ejemplo, a no clasificar más a los hombres como revolucionarios y conservadores sino como imaginativos y sin imaginación. Distinguiéndolos así, cometeríamos tal vez la injusticia de halagar demasiado la vanidad de los revolucionarios y de ofender un poco la vanidad, al fin y al cabo respetable, de los conservadores. Además, a las inteligencias universitarias y metódicas, la nueva clasificación les parecería bastante arbitraria, bastante insólita: Pero, evidentemente, resulta muy monótono clasificar y calificar siempre a los hombres de la misma manera. Y, sobre todo, si la humanidad no les ha encontrado todavía un nuevo nombre a los conservadores y a los revolucionarios, es también, indudablemente, por falta de imaginación.
NOTA:
1 Publicado en Mundial: Lima, 12 de Diciembre de 1924.

jueves, 25 de junio de 2009

Martes y Jueves
8 a 9 pm por el 1530 de am