El pasado miércoles Felipe Calderón dio su mensaje de año nuevo. En él “pedía” a los ciudadanos tolerar el abuso del ejecutivo a las finanzas de los hogares mexicanos y esforzarse por resarcir el aletargamiento de la productividad Nacional sin importar la falta de interés político por llevar a cabo las transformaciones que el país requiere en materia industrial, educativa y política. De acuerdo al mensaje, el bicentenario de la independencia será el vector que guiará el esfuerzo de los mexicanos para emular las acciones de los personajes que vieron nacer a México como una Nación independiente.
martes, 9 de febrero de 2010
Libertad, libertinaje y liberalismo
El pasado miércoles Felipe Calderón dio su mensaje de año nuevo. En él “pedía” a los ciudadanos tolerar el abuso del ejecutivo a las finanzas de los hogares mexicanos y esforzarse por resarcir el aletargamiento de la productividad Nacional sin importar la falta de interés político por llevar a cabo las transformaciones que el país requiere en materia industrial, educativa y política. De acuerdo al mensaje, el bicentenario de la independencia será el vector que guiará el esfuerzo de los mexicanos para emular las acciones de los personajes que vieron nacer a México como una Nación independiente.
viernes, 29 de enero de 2010
Sorpresa, sorpresa
jueves, 28 de enero de 2010
La doctrina del Shock -The shock doctrine-
Esta teoría nos da varios elementos de análisis en la actualidad en México, como en el caso del manejo de la información sobre el virus AH1 N1, la guerra contra el narcotráfico, el ataque terrorista contra las torres gemelas.
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Boris G.
domingo, 24 de enero de 2010
El diálogo filosófico
La filosofía está más cerca de tu vida de lo que te imaginas; todos en alguna ocasión hemos formulado preguntas para tratar de explicarnos nuestra existencia, todos hemos discutido para defender nuestro punto de vista sobre algún asunto polémico en materia de economía o religión, todos hemos sospechado de la demagogia presente en los discursos de los políticos o de la veracidad de ciertos comunicadores.
La reflexión filosófica es una facultad vital que nos sirve para explicar los sucesos que acontecen a nuestro alrededor, asimismo nos ayuda a evitar el dogmatismo y la intolerancia, al ser capaz de someter a juicio cualquier tipo de creencia, valor, concepto o institución. Por ejemplo expresiones tan discutibles, pero tan utilizadas como: “el que no tranza no avanza”, “en la guerra y en el amor todo se vale”, “a la tierra que fueres haz lo que vieres”, “si no puedes con tu enemigo únete a él”, pueden considerarse como expresiones simplistas de una doctrina filosófica conocida como pragmatismo.
A pesar de su simplicidad, cada uno de estos refranes influye sobre nuestra conducta y su interpretación se vuelve problemática cuando esa “sabiduría coloquial” sustituye al razonamiento. Eso resulta dramático sobre todo en el campo de la política, donde es bien sabido que el “sentido común” es la cosa peor repartida del mundo. Por eso resulta muy importante que los ciudadanos reflexionen sobre el tipo de país que desean y sobre los medios necesarios para lograrlo.
En la semana del 25 al 29 de Enero se realizará el XV Congreso Internacional de Filosofía, “El diálogo filosófico”, organizado por la Asociación Filosófica de México. Este evento nos brindará la oportunidad de conocer las ideas que actualmente se están generando en México, no sólo en el campo de la política, sino también en las esferas del arte y de la ciencia.
La entrada es gratuita y las actividades como: conferencias, simposios, presentaciones de libros y eventos culturales, se llevaran a cabo en la zona de investigación en humanidades de la UNAM y en el auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo. MUAC. El programa completo del evento puede consultarse en la página www.afm.org.mx
viernes, 22 de enero de 2010
Desilusión a un año
lunes, 18 de enero de 2010
Haití y la solidaridad internacional
Frente a este tipo de catástrofes, muchos individuos actúan instintivamente para ayudar a las personas afectadas, sin embargo, vale la pena recordar que ser solidario, no consiste sólo en realizar acciones o dadivas inspiradas por la caridad, sino también implica cuestionarse de buena fe, por las causas que llevaron a esta nación a una crisis humanitaria desde antes que ocurriera el terremoto. Haití es el país más pobre del continente y esa ha sido su principal tragedia como resultado de largos siglos de colonialismo.
Algunas de estas causas han sido: la explotación indiscriminada de sus recursos naturales y de su fuerza de trabajo, así como las constantes intervenciones militares, llevadas a cabo por los “países desarrollados” que en esta coyuntura quieren aparecer como ejemplo de la “solidaridad internacional”.
Lo anterior es una muestra de lo paradójico de esta situación en el escenario político mundial, pues si bien es palpable la intención de ayudar a disminuir los efectos de esta tragedia, lo cierto es que no hay una intención de revertir de fondo, las causas que provocaron en Haití una crisis humanitaria, más aún las instituciones se han colapsado y por ello se requerirán más que buenas intenciones y discursos para superar el clima de zozobra que actualmente se vive en el país caribeño.
Los mexicanos conocemos de cerca las dificultades que entraña un evento de esa magnitud, por eso no podemos permanecer insensibles frente al dolor y la necesidad de un pueblo que ha sido sacudido por un golpe devastador, en su ya de por si frágil estructura. Para México, la tragedia de Haití es un asunto prioritario por varias razones: 1) porque se encuentra en nuestra zona de influencia, 2) porque se espera un éxodo masivo de migrantes en los próximos meses y 3) porque pone a prueba el espíritu de cooperación y los valores políticos de la comunidad internacional. Frente a este panorama es momento de mostrar sin titubeos la solidaridad de los pueblos, para no sucumbir frente al engañoso confort de la indiferencia.
miércoles, 13 de enero de 2010
Retén
Todo aquél que en estas vacaciones viajó por carretera pudo comprobar la implementación de un descomunal despliegue militar. Los retenes son prueba fehaciente de que en el país se ha ido instaurando ilegalmente un estado de excepción. Bajo la justificación de garantizar la seguridad nacional, a los ciudadanos se les suspenden garantías y se les trata como presuntos delincuentes: somos culpables hasta que demostremos lo contrario.
¿Qué sucedería si una persona se negara a la inspección de sus pertenencias? –preguntamos al militar de mayor rango en un retén. En ese caso –respondió –sería remitido al Ministerio Público más cercano. En otra ocasión cuestionamos a un soldado raso si estaba conciente de que no existe decreto u orden por encima de la Constitución y que con su detención estaba violando varias garantías como la libertad de tránsito. En un inicio se limitó a decir que eran órdenes presidenciales, pero ante nuestra insistencia reconoció que su acto era anticonstitucional. En el siguiente retén coincidieron en que el Ejército debería volver a los cuarteles. Ante la falta de oportunidades, especialmente en las zonas indígenas, para muchos jóvenes no queda de otra que reclutarse. Con suerte, muchos de ellos apenas cruzan los 20 años, pero con arma de alto calibre en mano, disponen quién debe ser revisado.
En definitiva, estos operativos no están cumpliendo su propósito formal: mientras tuercen a chavos por encontrarles un porro, los grandes cargamentos de droga y armas se transportan en aviones y lanchas rápidas. ¿O a poco creen que el jefe de un cartel se va a andar paseando por la carretera México-Cuernavaca? Remitámonos a lo obvio: la guerra en contra del narcotráfico ha sido una formidable excusa para militarizar el país. Es sólo un telón que oculta la verdadera intención: intimidar a la población, infundir miedo para provocar la inacción y disuadir levantamientos. El mensaje es claro: quien se subleve encontrará represión implacable como respuesta.
www.lanetafisica.blogspot.com
Próspero año nuevo
Esta frase no podía ser más oportuna. Y es que el 2009 ha sido un año marcado por el desfortunio, innumerables incidentes podrían calificarlo como el más trágico en el último siglo. A la estrepitosa caída del producto habrá que sumar el crecimiento de la pobreza, el fracaso de las políticas de empleo, el encarecimiento de los satisfactores básicos, el estallido de la crueldad en la lucha contra el narcotráfico y la controversia causada por el mal manejo del ejecutivo ante la contingencia sanitaria. Aun peor, 49 infantes fallecieron como consecuencia de un incendio ocurrido en una guardería del IMSS el 5 de Junio; las explicaciones a lo ocurrido y la detención de los culpables aun es un tema pendiente.
martes, 5 de enero de 2010
(in)genuo y (des)figura
lunes, 4 de enero de 2010
¿Somos libres?
Ahora que ha empezado el 2010, vale la pena preguntarse con cierta serenidad ¿somos una sociedad libre? Detenerse a reflexionar unos momentos sobre este asunto, puede resultar de mucha utilidad, sobre todo si queremos mirar sin ingenuidad el panorama que se avecina en este año del bicentenario.
Para empezar quiero destacar que no me refiero aquí, a la libertad individual de cada ciudadano, sino a la libertad colectiva, es decir, a las posibilidades de elección y autodeterminación que tenemos los mexicanos. Mi intención es poner en evidencia que ―a pesar de las celebraciones patrioteras, los discursos flamígeros y la exaltación de los ideales revolucionarios― todavía no hemos alcanzado la independencia política y la soberanía alimentaria que necesitamos para desarrollar nuestras potencialidades al máximo.
La propaganda oficial, constantemente nos dice que este hecho histórico es un motivo de celebración y orgullo, sin embargo, la realidad nos muestra de manera contundente nuestros errores acumulados por décadas, los cuales pueden explicarse como producto de la autocomplacencia y el descaro. No se trata de adoptar una postura pesimista, pero si hacemos un balance de los acontecimientos del 2009, entonces tendremos que reconocer que estamos inmersos en una situación complicada, de la que nadie nos va a venir a sacar milagrosamente si no comenzamos a hacer algo de manera inmediata.
Cómo permanecer indiferentes, si la actual crisis económica mundial ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema financiero global y ha provocado serias dudas con respecto a la viabilidad del modelo neoliberal, el cuál se quedó atrapado en el espejismo de la “libertad de comercio”, en la especulación bursátil y la obtención de la plusvalía, provocando que millones de gentes se quedaran sin trabajo
En este contexto resulta ingenuo creer que el modelo económico neoliberal es el paradigma que solucionará nuestras dificultades económicas, las cuáles también tienen que ver con errores y desaciertos provocados por nosotros mismos, los cuales se relacionan tanto con deficiencias estructurales, como con el abandono del mercado interno y la falta de voluntad política. Este espíritu de autocrítica es indispensable para no seguirnos engañando;
La libertad es algo más que comprar o vender mercancías indiscriminadamente, la libertad es algo que se consigue mediante la satisfacción de las necesidades básicas y no en oposición a ellas, la libertad es algo que se construye todos los días y no una entidad abstracta que esté dada de antemano. Cómo creerse el cuento de la libertad difundido por los medios masivos de comunicación, si como sociedad no hemos alcanzado la soberanía alimentaria, si seguimos importando grandes cantidades de maíz, trigo, sorgo, carne y otros productos de primera necesidad, además de casi el 40% de la gasolina que consumimos. Cómo explicar nuestra dependencia tecnológica y nuestra falta de objetivos a mediano y largo plazo.
Somos un país en vías de desarrollo, para decirlo de una manera elegante, y en ese contexto vale la pena volver a preguntarse ¿por qué vivimos los seres humanos en sociedad? En primer lugar para satisfacer las necesidades que hacen posible la reproducción de la vida y en segundo lugar para protegernos del peligro. Ahora bien, desafortunadamente estas condiciones básicas, que son el pilar del cualquier contrato social, no han sido alcanzadas después de 200 años.
Es cierto que la vida de los seres humanos no debe reducirse a satisfacer las condiciones mencionadas, pues de ser así no habría diferencia entre los grupos animales y los grupos humanos; los seres humanos también buscamos la convivencia, el desarrollo de nuestras facultades y potencialidades. No obstante reflexionar desde esta “ética de lo mínimo” nos sirve de punto de partida para saber cuáles son nuestras deficiencias, pero también nuestras prioridades. Así las cosas, después de dos siglos de luchas políticas y de varias décadas perdidas en materia económica, no resulta descabellado plantear un cambio de paradigma, es decir, un desplazamiento de una “sociedad de mercado” a una “sociedad del conocimiento”.
Para lograrlo no sólo se requieren buenas intenciones, sino un debate riguroso acompañado de mecanismos de acción política y de construcción de nuevas formas de organización social, que nos permitan superar los condicionamientos culturales, políticos y económicos, que desde hace mucho tiempo impiden que nos desarrollemos con plenitud.
Osiris González
México D.F. 4 de Enero de 2010